lunes, 3 de diciembre de 2007

DIEGO RODRÍGUEZ BARBOSA



El 22 de agosto se cumplieron setentaiun años de la muerte de Diego Rodríguez Barbosa, anarcosindicalista, maestro, escritor y articulista que fue asesinado en 1936 en el Arroyo del Sotillo por chiclaneros del bando fascista, que tras torturarle le cortaron la cabeza y jugaron al fútbol con ella. No fue el único caso parecido a éste que hubo en nuestra ciudad. Fue obrero y campesino, luchador y defensor de los derechos de estos.

La vida de Diego Rodríguez Barbosa estuvo llena de contrastes. Nació en Chiclana en 1882. Sus primeros pasos los dio en un colegio de monjas y después continuó sus estudios en un colegio nacional . Su constancia y voluntad, impropias de su edad, le hizo adquirir una cultura fuera de lo normal. Asimilaba las enseñanzas del maestro con gran facilidad. Pero como solía ser normal entonces, sus padres se vieron obligados a sacarlo de la escuela ya que por motivos económicos no podían pagarle estudios superiores.

Al cumplir los dieciocho años Diego llevaba ya la secretaría de un partido republicano (lo más avanzado entonces en Chiclana ideológicamente) y tres años más tarde, en unión de un compañero apellidado Serrano constituyeron una sociedad netamente obrera, que venía a ser como el prólogo de la Organización Confederal CNT que entonces aún no existía. Dicha asociación tenía por objeto defender las causas de los trabajadores, que se encontraban bajo la tiranía capitalista, y que intentó dividir a trabajadores y sindicalistas bajo la amenaza de despedir a los primeros si seguían en la citada sociedad. El miedo y la ignorancia provocaron numerosas deserciones, haciendo que Rodríguez Barbosa marchara a Buenos Aires. No le gustó Argentina y regresó a Europa, París concretamente, donde residía un hermano. Era 1918, a punto de terminar la Primera Guerra Mundial, viviendo algunos bombardeos alemanes.


VUELTA A CHICLANA

Diego regresó a nuestra ciudad poco después y se unió libremente a Manuela Pareja, de Conil, con la que tuvo seis hijos, el primero de ellos, Arquímedes, murió en la guerra civil. Su hermano, al regresar de París, le compró un terreno para que pudiera ser independiente y durante esa etapa se dedicó a la enseñanza, dando clase a hijos de compañeros y trabajadores en general, totalmente gratis.

En Cádiz fundó un semanario, "Rebelión", puramente anarquista. En mayo del 36 asistió al congreso de la CNT en Zaragoza como delegado del sindicato de campesinos en Chiclana. En julio de ese mismo año estalló la guerra. Por toda la provincia se llevaron a cabo crímenes y ajustes de cuentas entre ambos bandos. En esta zona eran mayoría los fascistas de Franco.


ESCRITOR Y ARTICULISTA

Diego Rodríguez Barbosa fue detenido en 1923 y encarcelado en el penal del Puerto de Santa María con los demás miembros del comité local y provincial de la CNT. Entonces se encontraban bajo la dictadura de Primo de Rivera. En los tres meses que estuvo preso escribió algunas de sus novelas como Desahuciados, Pastora y bohemios, La hija del sepulturero; Venganza, amor y sacrificio ... .
Así mismo, escribió innumerables artículos en la prensa libertaria de la época, en los que trataba la situación de los trabajadores, la vendimia, el antimilitarismo y pacifismo, etc. No es de extrañar que practicara el naturismo y fuese vegetariano. También sabía hablar el esperanto, ese idioma común para todos los habitantes de la Tierra, que muchos años después, en vez de haber avanzado en su expansión, parece que se ha estancado de forma alarmante.

MACABRA MUERTE

Decíamos un poco más arriba que había estallado la guerra civil. Diego fue uno de los que la sufrió. Todos conocemos casos de ensañamiento durante la contienda, con atroces crímenes que nos hacen dudar de que el ser humano sea racional y merezca ser llamado así. Con Rodríguez Barbosa ocurrió uno de esos episodios del que todos deberíamos avergonzarnos. Se encontraba escondido en los alrededores de nuestra ciudad cuando fue descubierto por uno del otro bando, delator reconocido. En compañía de otro, que posteriormente quedó paralítico y de algunos que se les unieron después, quisieron obligarle a gritar ¡¡Arriba España!! y ¡¡Viva Franco!!, negándose éste y gritando con entereza: ¡Viva el comunismo libertario!.

Era el 22 de agosto del 36 y se encontraban a unos siete kilómetros de Chiclana, en el Arroyo del Sotillo. Durante el trayecto entre el lugar donde fue descubierto y a donde fue trasladado, le torturaron cruelmente. Ya en el Sotillo, le ajusticiaron y después le cortaron la cabeza. Con total indiferencia, como si fuera lo más normal del mundo, comenzaron a jugar al fútbol con ella, como si fuera un balón.

Esta historia es una más de las muchas que entonces tuvieron lugar, aunque no todos tuvieron una vida tan intensa como Diego. Fue valiente y hasta temerario, no importándole ser encarcelado si ello era motivado por defender a los trabajadores. Sus ideales estaban por encima de todo y gozó de la simpatía de estos. Chiclana debería hacerle un reconocimiento por lo que significó en el mundo del sindicalismo y la lucha obrera.Te recordamos compañero.