jueves, 11 de marzo de 2010


Soledad Candón Macías, (La Abanderada), apodo que le viene
porque siempre encabezaba las numerosas manifestaciones obreras
con la bandera roja y negra de la CNT, los 1º de mayo solía
encabezar la manifestación que discurría por varias calles de
Chiclana, para al final dirigirse al Pino Gordo que estaba situado
entre el Polvero y la carretera del Marquesado donde realizaban
una jornada de confraternización obrera.
Estuvo casada con Antonio Saucedo Aragón (El Pujío), nació en
Paterna de la Rivera en 1889 y se vino a vivir a Chiclana a los pocos
años de edad, murió en un accidente de tráfico en 1956 en Vigo,
donde había ido a visitar a una hija, que residía en dicha ciudad.
Tuvo cinco hijos: Juan Manuel, Enrique, Ana, María Teresa y
Fernando.
Mujer luchadora, y defensora de los más desfavorecidos, militante
anarcosindicalista que luchó junto con sus compañeros, entre los
cuales estaban: Diego Rodríguez Barbosa, que fue asesinado junto
con Manuel Estrada, (El Regaera), en la Alcantarilla del Águila;
Antonio Piñero Cebada (Jurita), Sebastian Saucedo Botossi que
también fue asesinado, José Moreno, Rafael Aragón (Jaramago),
Benito Cieza, Juan Barea (El Negro), Antonio González Rocamonde
( El Títere), que murió en la cárcel a consecuencia de los malos
tratos y la tortura recibida.
Soledad, residía junto con su familia en un caserón que tenían en
unos terrenos junto al Santo Cristo, donde criaba cabras y atendía
las labores del campo, a los pocos días golpe de estado, apareció
por su casa, El Títere, huyendo de un grupo de falangistas que
andaban persiguiéndolo, estando El Títere en el interior de la
vivienda aparecieron los falangistas para hacer un registro, Soledad
intentó impedirles el paso, increpándolos, no obstante no pudo
impedir que procedieran al registro, una vez en el interior
sorprendentemente no encontraron a nadie y se despidieron
diciendo que volverían en otra ocasión, Antonio González se pudo
esconder envuelto en un reó, (que es una especie de alfombra de
esparto) que colgaba enrollado del techo, casualmente no pudieron
detenerlo en esa ocasión, porque de haber sido así, con toda
seguridad hubiese tenido de inmediato, trágicas consecuencias para
Soledad y su familia.
Era amiga de María Silva (La Libertaria) y de toda la familia de
Francisco Cruz, (Seis Dedos), que en época de vendimia solían
trasladarse de Casas Viejas a Chiclana para trabajar, Soledad los
acogía solidariamente en su casa.
En los primeros días del golpe fue detenida junto con otros
destacados militantes y afiliados de la CNT y de la UGT y de
partidos políticos de izquierdas, estando en la cárcel la obligaron en
una ocasión a presenciar un fusilamiento junto con Pepa la Hinojera
que también estaba detenida y era compañera de Carmelo Ramos,
(concejal de Izquierda Republicana). Fue puesta en libertad junto
con otros detenidos el 8 de septiembre de 1936, día de la Virgen de
Los Remedios, patrona de Chiclana; otros sin embargo corrieron
peor suerte como fue el caso de Bartolomé Canto, cuya familia
junto con otras se agolpaban aquel día en las puertas de la cárcel
en la C/ Frailes, ante el rumor de que los detenidos serían puestos
en libertad, en conmemoración de la Patrona; y sin embargo, como
muchos otros fueron asesinados y aún hoy día no se sabe con
seguridad donde están sus cuerpos.
Soledad era una mujer culta y autodidacta, muy comprometida con
las ideas libertarias, sabía leer y escribir perfectamente, algo que no
era tan normal como hoy, pues la tasa de analfabetismo era muy
alta en aquellos tiempos, sobre todo entre las mujeres; solía ayudar
a otras personas en la lectura y en la escritura de la
correspondencia.
Fue detenida y represaliada en numerosas ocasiones, pasó por
situaciones muy difíciles, para ella y para su familia, fue una mujer
con carácter y valentía y a pesar de la difícil situación política de
aquellos momentos ayudó a todo aquel que buscó su ayuda,
proporcionándole escondite y alimentos, a pesar de que sabía las
consecuencias que eso le podía acarrear.
Sufrió mucho durante la dictadura, pero nada de eso le hizo desistir
de sus principios ni de continuar siendo solidaria con los
perseguidos y todos los que necesitaron su ayuda.
Una vez instaurada y consolidada la dictadura, Soledad continuó su
lucha reuniéndose en más de una ocasión clandestinamente con
otros compañeros sindicalistas, como: José Moreno, Juan Barea (El
Negro) entre otros.
A pesar de la represión, del miedo, ella siguió luchando por un
mundo mejor, sin explotación y a salvo del hambre y de la guerra,
un mundo basado en el respeto mutuo, la libertad, la justicia y la
igualdad entre todos los seres humanos.
Soledad Candón Macías fue una de esas mujeres luchadoras que a
pesar de la doble marginación que sufrían por su condición de
mujer y de trabajadora, no obstante, no desistieron de defender la
justicia y los derechos humanos, y la anhelada igualdad de
derechos; que se opusieron como podían a una brutal dictadura,
con riesgo de sus propias vidas. Autenticas heroínas, que a pesar
de haber sido reprimidas y humilladas, dieron ejemplo de lo que es
la integridad y la dignidad. En Chiclana fueron muchas las que
como ella, no merecen que se las abandonen en el olvido, entre
ellas están: Ana Canto, Juana Rodríguez (La Taruga), Magdalena
Rangel, Amalia Pérez, Eulalia Jiménez Castaño (La Matrona),
Carmen Virues, Pepa la Hinojera, Araceli, Dolores Gallardo la
(Tomatera). María, mujer de Diego el Quirino y Ramona la mujer de
Jaramago, Carmen Pareja, compañera de Barbosa.
A Soledad Candón Macías y a todas ellas: nuestro recuerdo y
nuestro más sincero reconocimiento.

1 comentario:

Unknown dijo...

Soy un nieto de una de las mujeres en mencionadas en el artículo ., me refiero a Dolores Gallardo "la tomatera" tendría a algún dato más sobre ella? Por que mi daño a y yo no tenemos dato alguno . Cualquier información sería válida por pequeña que se